viernes, 8 de octubre de 2010

El nombre más hermoso...



En el mundo indígena, uno de los principios que constituyen el universo es el dolor. Sin embargo, los ojos de ese pueblo penetran en esta realidad sin miedo y la transforman en algo sublime.
Un guerrero miró a su hija recién nacida.
Tan hermosa le parecía que no encontraba un nombre apropiado para ella. Todos le sabían a poco.
Al fin decidió buscar lo más valioso del mundo y tomarlo como nombre para su primogénita.
Salió muy temprano, cuando aún era oscuro y pensó:
- Podría llamarla Silencio, pues es hermosísimo.
Pero comenzó el amanecer y el guerrero detuvo sus pasos y dijo:
- No, la llamaré: Aurora.
Decidió caminar unas millas más y el día avanzaba mientras a lo largo de su camino el guerrero pensaba en llamar a su hija Luz, Nieve, Flor, Cielo…
Y así recorrió grandes distancias y consultó a muchos hombres instruidos, hasta que finalmente encontró al más sabio de los hombres, que le dijo:
- Tras esta montaña encontrarás a un pastor muy sencillo. Acércate a su casa, espera allí y verás lo más valioso del mundo.
Apostado junto a unas rocas el guerrero esperó el momento fijando su mirada en la entrada de la casa.
Al cabo de unos momentos se abrió la puerta y apareció una niña. El guerrero sintió un escalofrío.
La pequeña estaba cubierta de lepra.
En unos instantes, tras la curva del camino, se escuchó la voz del pastor llamando a su hija.
El guerrero vio cómo padre e hija se abrazaban y cubrían de besos. Y así, volviendo a su casa con lágrimas en los ojos, se dijo:
- La llamaré Heoma-nae-sàn (Amor en el dolor).

"Bienaveturados los misericordiosos porque ellos alcazarán misericordia".
Mateo 5: 1-12

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