Hemos aprendido
a volar como los pájaros,
a nadar como los peces;
pero no hemos aprendido
"Se quisiera tocar todas las puertas, y preguntar por no sé quién; y luego ver a los pobres, y, llorando quedos, dar pedacitos de pan fresco a todos. Y saquear a los ricos sus viñedos con las dos manos santas que a un golpe de luz volaron desclavadas de la Cruz! Pestaña matinal, no os levantéis! ¡El pan nuestro de cada día dánoslo, Señor...!" César Vallejo
Señor, no estás conmigo aunque te nombre siempre.
Estás allá, entre nubes, donde mi voz no alcanza,
y si a veces resurges, como el sol tras la lluvia,
hay noches en que apenas logro pensar que existes.
Eres una ciudad detrás de las montañas.
Eres un mar lejano que a veces no se oye.
No estás dentro de mí. Siento tu negro hueco
devorando mi entraña, como una hambrienta boca.
Y por eso le nombro, Señor, constantemente,
y por eso refiero las cosas a tu nombre,
dándoles latitud y longitud de Ti.
Si estuvieras conmigo yo hablaría de cosas,
del cielo, de la brisa, del amor y la pena.
Como un feliz amante que dice solo: «Mira
qué pájaro, qué rosa, qué sol, qué tarde clara»,
y vierte así en la luz de los nombres su amor.
Pero no. Tú me faltas. Y te nombro por eso.
Te persigo en el bosque detrás de cada tronco.
Te busco por el fondo de las aguas sin luz.
¡Oh cosas, apartaos, dadme ya su presencia
que tenéis escondida en vuestro oscuro seno!
Marcado por tu hierro vago por las llanuras
abandonado, inútil, como una oveja sola...
Hombre de Dios me llamo. Pero sin Dios estoy.
A D. José María Valverde, mi profesor de Filosofía, que amaba la poesía y me contagió. Desde entonces sufro del mal de la lírica sin remedio, sin cura.¡¡¡ Ojo con el amor!!!!
Gracias mi querido maestro.
¿Quimera, ilusión, sueño?
El nuevo año se presenta ante nosotros como un mago cuya actuación va más rápida que nuestros ojos y de cuya chistera saca todo aquello que creemos nos hará felices. Siempre es el mismo asunto: La felicidad. El año nuevo se presenta dando muestras de felicidad, el nuevo año tiene esa magia del instante que se convierte en certeza porque lo nuevo está por llegar, lo nuevo llega con la última uva... y cuando se han cumplido con los rituales que cada grupo humano prepara para esta ocasión, el nuevo año sube el telón y aparece tan viejo como antes, tan extraño como lo era en otro tiempo, tan triste y cansado de aparentar ser nuevo cada año.
Y se esfuma la felicidad con las burbujas del cava y el mago se pierde entre las últimas quimeras...sin embargo, el Señor Jesús nos deja un padrenuestro para todos los días del año, un padrenuestro que nos libra de lo supérfluo, un padrenuestro que hace del corazón una morada de Amor y Perdón.